Recuperando la memoria histórica. Teatro revolucionario en el Estado de México.

El grupo teatral Ixquich Tiquimacizque -a todos cautivaremos- se suma a las actividades con las que, habitantes de Melchor Ocampo, buscan recuperar la memoria y el pasado de ese pueblo revolucionario.  En la sala Tlapallan  se presenta  la obra teatral de Ricardo Flores Magón «Tierra y Libertad«


 Una obra centenaria

No hay telón en la sala, como tradicionalmente se esperaría. Pero eso no importa, cuando el último grito de «Tierra y Libertad» seguido de «fuego» y el sonido de un disparo desaparecen, no se escucha nada más que aplausos y vítores en el lugar donde hay, quizá,  250 personas desconocidas.  

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La obra comienza detrás de un telón improvisado.

En mi mente me pregunto de dónde salió tanta gente que aplaude tan  animada ante la compañía que se presenta y se inclina agradeciendo esos aplausos y gritos sinceros. Todos están conmovidos , algunos minutos ininterrumpidos de aplausos y algunas lágrimas lo demuestran: varios nos hemos puesto de pie y siento que todos me observan, pero después me imitan y me pongo más alegre cuando los actores se dan cuenta y de nuevo se inclinan, agradeciendonos. Nunca los había visto, pero siento su afecto y yo creo, que ellos el nuestro.

CUATRO
Grupo teatral «Ixquich Tiquimacizque»

Palabras de agradecimiento, entregas de reconocimientos, cosas que la tradición exige, pero yo no pongo atención a esto, porque no puedo pensar. En ese asiento medio incomodo sigo tan emocionado que me quedo inmóvil. Los actores se felicitan, se toman fotos, sonríen despreocupadamente y la gente ya comienza a salir, pero yo estoy ahí, viendo la emoción de todos, que es, muy parecida a la mía. Me rehúso a salir, pero al final, lo hago.

Puedes visitar el perfil de facebook de la compañía. 

El pasado revolucionario del municipio se ha manifestado los últimos años. Quedó expuesto desde que aparecieron cartas y documentos en donde el nexo entre los habitantes y los hermanos Flores Magón y su participación en la revolución mexicana se manifiesta. En “Tierra y Libertad” el grito de un pueblo rebelde, realicé una crónica del museo temporal  en donde tales objetos estuvieron expuestos.

La escenificación de la obra, es más que artística. En «La vida que yo viví, novela histórico liberal«, de Blas Lara Cazares, el autor escribe que «el domingo  de mayo (1924) se llevó a cabo la segunda presentación de Tierra y Libertad en Melchor Ocampo, Estado de México, con vecinos-actores del pueblo». Luego, destaca el empeño y la calidad de los actores y continua:

«El corral resultó pequeño para casi el millar de asistentes, sentados en bancas improvisadas con bloques de tepetate y vigas atravesadas, cuya entrada fue de 10 centavos por persona. Después de la obertura por la orquesta, dirigió la palabra el compañero Joaquín Romero, con el intermedio de otra pieza de música. Cervantes habló sobre el primero de mayo de 1886 y en seguida se presentó la función teatral, para terminar con el canto de la Marsella Anarquista. El éxito fue tan sorprendente que se hizo repetir la escena el 21 de noviembre». 

A casi un siglo de esta presentación, el grupo teatral que igualmente está compuesto por habitantes, rememora aquellos días y reaviva el recuerdo que permaneció gran tiempo deambulando. No es una representación estéril: el pasado como punto de partida en el estudio de los problemas actuales siempre es útil. Todos los esfuerzos que intentan rescatar la historia del municipio, son en potencia, hechos que pueden convertirse en praxis. Rememorar es entonces, reformular la identidad del pueblo.

 

La validez de la obra teatral, en un contexto similar, no es puramente artístico, porque el peso discursivo de la representación también la determina. No  es exageración decir que el trabajo de la compañía Ixquich Tiquimacizque satisface perfectamente ambos valores. Por un lado, en ese pequeño teatro sin telón, los actores y la ambientación funcionan perfectamente, transmiten, representan la vida del campesino, los sentimientos del paria y el explotado, la avidez del burgués -el de antes y el moderno-, la complicidad y el silencio del clero,  el valor de la libertad  y la importancia de las ideas frente a la tiranía y la injusticia.

El valor político, el peso del trabajo, es doble. Primero, porque representar una obra anarquista que cuestiona todo tipo de autoridad y reivindica la libertad, la autodeterminación de los trabajadores y la revolución, en este periodo histórico, nos obliga a realizar una crítica de las estructuras sociales -de hecho la incomodidad de algunas personas dentro del teatro, revela que algunos de ellos se sintieron cuestionados a través de los personajes.

El valor intrínseco del trabajo, no sólo de la compañía teatral, sino de todos quienes en los últimos años han realizado alguna actividad relacionada con la recuperación de la memoria del municipio, se encuentra en la posibilidad de que tales actividades funcionen como un núcleo de acción política, primero representativa-simbólica y después práctica. Es decir, primero se representa la obra de Magón, después se conocen sus ideas y se discuten. Este hecho, en un principio aparentemente simbólico, puede desembocar en una tradición centenaria: la aprehensión y reivindicación del anarquismo 

La actividad que la compañía realiza se anuncia y comparte a través de su página de Facebook. Puedes seguirlos haciendo clik aquí.

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